¡NUEVA TEXTURA!
Presentarle texturas nuevas a nuestros bebés, los ayuda a querer explorar el mundo sin temores, aprenden que lo nuevo enseña y hasta divierte. En esta ocasión Emilio conoció el pasto a sus cinco meses cuando estaba aprendiendo a sentarse solito. Empezamos de a poco, sentándonos con él sobre su tapete, explicándole donde estaba y que era todo lo que lo rodeaba... luego, sin medias, lo sentamos ahora sin tapete y dejamos que solito hiciera su exploración, lo agarró fuerte con sus manos, lo sintió con sus pies y así no tuvo temor al conocer algo nuevo.
Este tipo de estimulación sensorial tiene mucho beneficios para el desarrollo intelectual del bebé, para que conozca su entorno y sepa como adaptarse a él cuando empiece la etapa de gateo o a caminar... Así como le presentamos el pasto, le podemos presentar la arena, tierra, agua y muchísimas texturas más, si lo piensas bien, ¡nuestro entorno está lleno de ellas!
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